Mi experiencia con el Test de O'sullivan

Antes de nada debo advertir que, si estás embarazada, no te asustes por lo que cuento. Es más, si eres un poco hipocondríaca, ni lo leas xD. Lo que me ha ocurrido a mi con este test es bastante raro, pero es que yo poseo un imán especial para estas cosas.

En fin, este test, para quien no lo sepa, se hace a las embarazadas entre la semana 24 y 28, para ver si puede desarrollar diabetes gestacional.

A mi ginecóloga de la seguridad social se le fue la cabeza y me mandó la prueba bastante tarde, con lo cual si me daba mal el resultado ya iba todo con retraso. El del privado (lo tengo por mi trabajo)  se dio cuenta y me mandó hacerme la prueba también por ellos para tener tiempo de actuación. 

Pero vaya, llego a saber lo que me esperaba y que los resultados serían buenos y se hace esta prueba dos veces Rita la Cantaora (yo no).

La primera vez, en el privado, comenzó todo muy bien. Me dieron el botecito (te tienes que tomar una botellita de 50 g de glucosa y estarte sentada sin moverte demasiado una hora para luego sacarte sangre) y me lo tomé más o menos con facilidad. Era empalagoso, pero bebible. Sabía que había muchas chicas que eran incapaces de tomarlo o que lo acababan vomitando. Es imprescindible evitar eso si no quieres que te lo manden repetir. A los 25 minutos me empecé a sentir rara, como mareada, pero sin ganas de vomitar. Como cada vez me encontraba peor mi madre fue a consultar a una de las enfermeras y me dijo que me acercara a donde estaba. Eran como 10 o 12 pasos los que me separaba de ella. De camino empecé a sentirme fatal y lo único que alcancé a decir fue:

- Mamá me voy a caer.
 

Y caí. 

No recuerdo que más pasó. Cuando abrí los ojos estaba en el pasillo de enfermería, en el suelo, con las piernas levantadas por una enfermera y las demás alrededor echándome aire y diciéndome que no me levantara. Mira que estaba mal pero... ¡qué vergüenza pasé!

Después me llevaron a una camilla para controlarme con mi madre que estaba llorando porque dice que me había puesto blanca. ¡Ay! La tranquilicé como pude, jaja (ahora me río pero en su momento estaba echa un trapo viejo). 

Pero conseguí mi objetivo, no vomité. ¡Já!

Aunque alcancé mi meta y los resultados fueron buenos, tenía que repetir en la seguridad social... 

Cuando llegó el momento, admito que estaba bastante nerviosa. Así que decidí explicarle a la enfermera que se encargaba de dar los botes lo que me había pasado. La verdad es que era muy simpática y me dijo:

- Amiga, ¡es viernes! Y tú no me la vas a liar un viernes.

Me hizo mucha gracia. Me senté en un sillón reclinable que tenía con ella y me lo tomé allí mientras ella seguía trabajando. Cuando lo terminé me dijo que esperara un rato antes de levantarme y salir a la sala a esperar. Cuando pasó el tiempo fui a levantarme y tras dos pasos me mareé y me dijo que me volviera a sentar. Además cogió un ventilador y me lo puso al lado. ¡Qué maja! Allí pasé la hora y me sacó la sangre.

En fin, con esto saco dos conclusiones:

1. Si puedes evitar repetir el test, mejor.

2. Si has tenido una mala experiencia cuéntala, a lo mejor te ha tocado una enfermera tan maja como la mía.

¡Saludos otakus!